viernes, 1 de septiembre de 2017

Trabajo Masónico Luz Interior

LAS COLUMNAS J y B DEL TEMPLO.
BREVE RESEÑA HISTORICA y SIMBOLISMO”
Ambas columnas son llamadas gemelas por tener las mismas dimensiones y altura, sin embargo no son idénticas, cada una tiene adornos y peculiaridades que las hacen distintas, comenzando por las iníciales incrustadas en ellas: J y B.
Las mencionadas poseen un mismo nacimiento u origen, en el Templo de Jerusalèn, obra iniciada por el Rey David y culminada por su hijo Salomón, quien con la ayuda, según la mitología de otros dos hombres  acabaron con la Gran Obra, también conocida como El Templo de Salomòn, estos tres hombres eran MM:., de ahí el nexo inseparable entre este y la Masonería, presente por medio de relatos, fabulas e incluso anécdotas históricas estampadas en la Biblia sin olvidar a la ritualista.-
La primera en ser erigida fue la columna J y luego la columna B, se consideran dos hipòtesis, principales, para el origen de estas iniciales. La primera hace alusión  a una antigua  inscripción: ”Que el Señor establezca (Jaquín) el trono de David y su reino para siempre y entonces en la fortaleza (Boaz) del Señor se regocijará el rey”.  La segunda es la que defiende a J y B como nombres de hombres, en este caso,  Jaquin quien fue el asistente del Sumo Sacerdote que oficiaba en la dedicación del templo asociado con Salomón y Boaz fue el bisabuelo del rey David y se asocia con David. Después de la destrucción del primer templo, por los babilonios bajo el reinado de  Nabucodonosor II, como se interpretaba que las columnas simbolizaban el apoyo divino al establecimiento de la dinastía davidiana, en la reconstrucción no se les dio importancia. Lo único que sobrevivió a la destrucción babilónica fue una granada del tamaño de un pulgar, que se cree pertenecieron a una de las columnas del Templo. Esta Granada fue símbolo de FERTILIDAD y ESPERANZA en la antigüedad, para la masonería denota esa abundancia que es el fruto de una utilización sabia de los dones que recibimos. Y que teniendo en la mira el progreso de la humanidad, intentaremos elevar el nivel de nuestra vida moral y social y la de quienes nos rodean. Ambas columnas se encontraban en el exterior del templo, J a la derecha y B a la izquierda.
A diferencia del Templo de Salomòn, en Log:. Las columnas se encuentran en posición inversa, es decir la B a la derecha y la J a la izquierda, además se sitúan dentro y no fuera del templo.-
Buscando un significado y simbología dentro del origen o etimología de las palabras  JAQUÍN y BOAZ, encontramos que el primero está formado por “Jah” que es una forma acortada de Jehová o Yahvé y “aichin” que significa “establece”, por lo que el significado de Jaquín sería “El establece” o “Será establecido”. Y da idea de firmeza y fuerza. Por otra parte, Boaz está formado por “Bo” que significa “en El” y “Az”, “fortaleza“, o sea “en El está la fuerza.
Juntando ambos significados, que influencia tendrían en un iniciado?, còmo podrían servir estas columnas en la vida profana?.
Si cada Masòn es columna, hacedor de su propia vida y destino, es quien por libre albedrio y conciencia de su libertad, se conduce hacia los senderos que el mismo escoge (columna J), por lo que  en la vida diaria y cotidiana, impera la necesidad de estar fortalecidos en las creencias, convicciones y objetivos trazados con ética y humildad, para que ser espejos de lo que la Masonería en realidad pregona, libres de vicios como el fanatismo y el ego, para lo cual la FUERZA, CONSTANCIA y FORTALEZA son ingredientes inalienables de todo iniciado (columna B) para no caer en la profanidad de las acciones. Portar un Mandil, independientemente al color o los arreos que se adornan en Log:. conlleva la responsabilidad intrínseca de que los actos en la vida profana reflejen los valores pregonados en esta carrera masònica, la cual no se trata de distancia, es decir de cuantos grados se pueden llegar a alcanzar y si de resistencia o sea lucha constante, para pelear con el peor enemigo que tiene todo ser humano, y es el mismo.
La Columnas, poseen un valor simbólico e inspiracional. Nos resulta obvio que las columnas constituyen un portal muy firmemente establecido y fuerte que claramente separa el mundo profano de la cámara interior en la que los masones realizamos nuestros trabajos lejos de “la indiscreción de los profanos”.
También son importantes, como en las coronaciones de antaño, en el momento de la iniciación, porque ha habido un ingreso o crecimiento masónico que indica que uno está pronto para un renacimiento espiritual y por lo tanto debe pasar entre columnas ingresando a un nuevo nivel de conciencia, con la comprensión de que lo que necesita es el firme control que una de las columnas representa y la fuerza representada por la otra, sabiendo que control sin fuerza es tan fútil como fuerza sin control.
El candidato avanza con fuerza y poder, pero guiado por la sabiduría y el control. Se eleva por el poder que está en él, pero llega por la sabiduría de su corazón. Sí es cierto que los pares de columnas, obeliscos o esfinges eran comunes en la antigüedad y representaban la dualidad, las fuerzas gemelas en toda la creación, guardianes del templo, portales simbólicos, una conexión entre el cielo y la tierra.
Entonces parece que la lección está allí, en las columnas mismas, el significado del símbolo a ser leído, comprendido e incorporado, que las columnas representan silenciosamente.
Ambas columnas se perciben además, como las piernas de la Madre Logia que pare al Neófito por la sabiduría de Hermes, el gran iniciador y por Pitágoras el instructor gnóstico.
En otro orden, estas dos columnas del Templo Masónico simbolizan también la dualidad presente en la creación, la multiplicidad en que se manifiesta la Unidad al reflejarse a sí misma.
La misma dualidad que representan los principios activo y pasivo en el Azufre y el Mercurio; el yang y el yin, las fuerzas expansiva y contractiva o centrífuga y centrípeta que rigen todo movimiento binario. Así como igualmente lo hacen el día y la noche, el Sol y la Luna y también, en un aspecto, simbolizan la Luz y las Tinieblas. Lo masculino y lo femenino que diferencian todo lo creado y definen sus características y en definitiva todos y cada uno de los pares de opuestos que uno pudiera nombrar.
El iniciado masónico moderno puede ver en las dos columnas el portal de la senda a hollar por todos los hombres durante su existencia terrena, los medios por los cuales puede viajar un poco más lejos, un poco más alto hacia la cámara secreta de la vida en la que mora la presencia invisible, la voz del silencio, la luz que ilumina el sendero y la sabiduría.

Al aspirante, que nace con la iniciación a un tiempo y un espacio sagrados, que sale de las tinieblas para recibir la Luz, le es enseñado a colocarse entre estas dos columnas de la entrada, en el lugar central o medio donde se produce el equilibrio o armonización de toda dualidad a través del eje vertical invisible. En ese punto, entre columnas, y estando al orden, el masón se mantiene en una actitud receptiva y es así como recibe la instrucción del grado y le son comunicados los signos, palabras y toques que la Masonería atesora para él; pero también es ahí, entre columnas, donde toma decisiones definitivas para su proceso iniciático, cuyo compromiso ratificará en el Altar de los juramentos

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